El labdano, ládano o labdanum es una oleorresina pegajosa marrón, cuyas propiedades olfativas la colocan sin lugar a duda entre uno de los ingredientes más demandados en el mundo de la perfumería.
Su olor complejo recuerda al del ámbar gris, resultando ser además, al igual que este, un excelente fijador de fragancias.
Esta materia prima se obtiene a partir de dos especies de jara, Cistus ladanifer y Cistus creticus. Estas plantas son nativas de la cuenca del Mediterráneo, creciendo con enorme facilidad en suelos pobres y degradados de climas cálidos.
El método con el que se recogía antiguamente esta materia prima resulta, como poco, inusual. El labdano se recolectaba peinando a las cabras y ovejas que se impregnaban con estas sustancias al pastar en las ramas de la jara.
En la actualidad el procedimiento más extendido para su recolección pasa por hervir las hojas y ramas de la planta, aunque en zonas como la isla de Creta se siguen utilizando métodos tradicionales que involucran el uso de herramientas como el “ladanisterion”, que se frota sobre la planta con el objetivo de que la resina se pegue a esta. Posteriormente, esta herramienta se deja expuesta al sol para que el labdano se caliente y ablande, facilitando así el proceso de separación.
La obtención del absoluto de ládano se suele hacer a través de la extracción con disolvente, mientras que su aceite esencial se obtiene mediante la destilación por arrastre de vapor, presentando esta esencia un potente aroma balsámico con notas ambaradas persistentes y un ligero matiz herbáceo.
El labdano lo largo de la historia
La gran importancia del labdano en la historia de la perfumería resulta innegable.
Se utilizaba ya en el antiguo Egipto, donde formaba parte del Kyphi, una mezcla de incienso que se usaba con fines médicos y rituales. Hay teorías que afirman que la importancia de esta sustancia en la cultura egipcia era tal, que la perilla postiza de los faraones y del dios y rey mítico Osiris podrían representar la barba de una cabra cargada de ládano.
Los ritos asociados a esta sustancia no se limitan a la cultura egipcia, ya que pueblos como los hebreos y los árabes también quemaban esta resina como incienso en sus ritos, dándoles estos últimos además uso en infinidad de ungüentos.
Heródoto, historiador griego considerado el padre de la historiografía, sostenía sobre el ládano que <<…encontrándose en los lugares más desprovistos de olor, es la sustancia con el aroma más dulce de todos.>>.
Usos del labdano en la actualidad
En el presente, esta materia prima se usa con asiduidad para remplazar notas olfativas de ámbar gris, prohibido en una gran cantidad de países para proteger a las ballenas que lo producen.
Es además un ingrediente con propiedades fijadoras excepcionales que facilita que el resto de los elementos de una fragancia permanezcan con sus propiedades olfativas intactas durante un mayor periodo de tiempo.
Estas características hacen que el labdano forme parte de una enorme variedad de productos y aplicaciones, encontrándose a menudo en mikados y velas aromáticas para ambientación.
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