El jengibre (Zingiber officinale) es una planta herbácea cuyo uso resulta imprescindible en la cocina asiática y en la elaboración de diferentes recetas de repostería.
Aunque debe gran parte de su fama actual a sus diversos usos culinarios, las aplicaciones del jengibre van mucho más allá, siendo cada vez más valorado en sectores como el de la perfumería y la ambientación gracias a las propiedades olfativas que ofrece su aceite esencial.
Originario del sur de China y de la India, el cultivo del jengibre se ha extendido con el paso del tiempo a un gran número de países, entre los que se encuentran los Países Bajos, Perú y Nigeria.
En su entorno natural, el jengibre puede llegar a alcanzar los 2 metros de altura, prosperando mayormente en áreas de semisombra en las que son habituales las temperaturas cálidas y las lluvias ligeras.
La parte más apreciada de esta planta es su tallo subterráneo o rizoma, del que se puede extraer su aceite esencial mediante diferentes métodos, siendo uno de los más comunes el de la destilación por arrastre de vapor.
El olor del aceite esencial de jengibre es fresco, presentando matices especiados que funcionan muy bien junto a fragancias cítricas y florales.
BREVE HISTORIA DEL JENGIBRE
El rizoma del jengibre ha sido utilizado durante miles de años en la medicina tradicional china y el ayurveda, siendo común su uso en el tratamiento de náuseas y diversos malestares gastrointestinales. Resulta interesante observar cómo diferentes investigaciones médicas contemporáneas parecen corroborar que, en efecto, el jengibre posee muchas de las propiedades beneficiosas que se le otorgaban en el pasado[1][2]. El jengibre también figura como una de las primeras especias importadas desde Asia, llegando a ser utilizado por los antiguos griegos y romanos.
En la Europa medieval, el jengibre se empleaba principalmente como ingrediente culinario, dando origen a delicias como las galletas de jengibre.
Durante varios siglos, esta especia, al igual que muchas otras provenientes de oriente, mantendría un precio desorbitado. En la Inglaterra del siglo XIV, una libra de jengibre podía llegar a costar tanto como una oveja.
USOS DEL ACEITE ESENCIAL DE JENGIBRE
Actualmente, el aceite esencial de jengibre se usa en un amplio abanico de sectores, entre los que se encuentran el de la farmacia, la perfumería, la cosmética, la ambientación y la alimentación.
En el ámbito medicinal, el aceite esencial de jengibre es conocido por sus, entre otras, propiedades antieméticas, antiinflamatorias y antibacterianas.
En la elaboración de fragancias, su aceite esencial se utiliza para dar vida a fragancias exóticas y distintivas, ya que presenta acordes olfativos frescos capaces de fusionarse a la perfección con cítricos como el yuzu o la bergamota.
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